En la actualidad, es muy frecuente encontrar en niños y niñas lo que se conoce como
“Déficit por naturaleza”. La sobrecarga de tareas diarias, las nuevas tecnologías, y los
tiempos transitados en espacios cerrados, son causantes de este déficit que se refleja en
manifestaciones emocionales, alteraciones en la conducta y el aprendizaje.
Es fundamental repensar la educación de nuestras infancias para recuperar los valores
esenciales que debemos y queremos nutrir en ellos. El contacto con la naturaleza optimiza los
procesos de aprendizaje, mejora la atención y la memoria, incrementa la función cognitiva,
facilita el ejercicio físico y favorece la destreza motora, estimula a jugar juegos no
estructurados y disminuye el estrés. (Dra. Marisa Gaioli; 2019)
La naturaleza y los animales tienen el poder de ofrecernos energías que nos nutren, calman
y alivian. Por lo tanto, pensar una educación en la naturaleza nos ubica en un contexto de
aprendizaje libre y en paz, en el que los tiempos e intereses de cada niño y niña sean
respetados. Una educación viva y activa que alimente la curiosidad y el interés por el espacio
que nos rodea, en un ambiente tranquilo y armonioso.
“Todos los seres vivos son también nuestra familia. Los pájaros, que nos hablan de la
libertad; las hormigas, que nos hablan del trabajo en equipo; los caracoles que nos dicen
que vayamos más despacio (…)” Paloma Sainz Vara de Rey; 2022
Ofrecer a las infancias momentos de contacto con la naturaleza, les brindará conexión con
la verdadera esencia que poseemos como seres vivos. Este contacto permite comprender la
realidad y la necesidad de convivir y de cuidar los ecosistemas; y contribuye al desarrollo de
la capacidad de compromiso y responsabilidad. La interacción del ser humano con otros seres
vivos favorece el desarrollo de la tolerancia, entendida como una virtud que nos enseña a
convivir, respetar y aprender de y con lo que es diferente.
Por otro último, el juego libre en un ambiente natural, alimenta la imaginación de los niños
y niñas. Los espacios y elementos de la naturaleza, al ser totalmente desestructurados,
permiten que el niño despliegue su creatividad. “La imaginación ayuda a la curiosidad y a la
inventiva, del mismo modo que impulsa a la aventura sin la cual no crearíamos” Paulo

Julieta Revuelta

Freire; 1993.
Bibliografía:
Berger, Carole; Ho’oponopono: Antigua práctica hawaiana de la gratitud y el perdón. –
Editorial Sirio; 2020
Freire, Paulo; Cartas a quien pretende enseñar. – Siglo XXI Editores Argentina; 1993
Fundación Garrahan; Guía para un mejor desarrollo de niñas y niños en el aula. – 2019
Sainz Vara de Rey, Paloma; Mindfulness para niños. – Editorial Zenith; 2022
Sandoval, Alejandra; Aprendizaje en la naturaleza – Curso Virtual “Educación holística en la
primera infancia

  • Escrito realizado por Julieta Revuelta quien participó en el Curso Virtual «Educación holística en la primera infancia»