Todos sabemos que cuando las emociones desbordan, pareciera imposible permanecer tranquilos y responder adecuadamente. Hoy día además de las problemáticas históricas que nos han acompañado siempre, como la desigualdad, la violencia, el daño al medio ambiente etc, se suman además el constante bombardeo de información tanto de los medios de comunicación como de las redes sociales. Aislarse y volverse indiferente sabemos que no es una solución efectiva a largo plazo y tampoco es necesario llegar a esos extremos. También cada vez es mas visible el impacto que tienen las emociones en nuestra salud física, los estados anímicos influyen significativamente en nuestro sistema inmunológico y en nuestra capacidad para tomar decisiones efectivas. La solución está al alcance de nuestras manos, no promete resultados inmediatos porque tiene que ver con el fortalecimiento, el cuidado y el mantenimiento de muchos aspectos de nuestra mente. La calma no es algo que surge simplemente al pensar cosas bonitas y hacer de cuenta que nada pasa a nuestro al rededor, esa calma suele ser efímera y se pierde fácilmente cuando las condiciones en nuestro entorno cambian. Pero existe un tipo de calma que no puede ser interrumpida por el contexto, y este estado se cultiva con el desarrollo de la introspección, del altruismo y con el resguardo de nuestros sentidos. La introspección tiene que ver con el desarrollo cognitivo, con nuestra manera de ver la realidad, con como nos percibimos respecto a lo que pasa a nuestro al rededor, el tipo de pensamientos que sembramos diariamente y consecuentemente sobre como actuamos respecto a ello. De aquí suelen surgir todos los engaños relacionados a la identificación personal y el apego con las experiencias que percibimos. Si vemos todo lo que ocurre en torno a nosotros mismos, es normal que la identificación personal nos lleve de un lado a otro constantemente, de la tristeza a la exaltación y la euforia. Pero si comenzamos a cambiar el foco de nuestra percepción y dejamos de verlo todo en torno a nosotros y nuestro propio beneficio, entonces podemos darnos cuenta que el mundo funciona bajo sus propias leyes, que lo que ocurre en nuestro entorno es fruto de la interacción de miles y millones de acontecimientos. Nuestras emociones están fuertemente ligadas a la forma que tenemos de ver las cosas, por eso una situación una persona puede vivirla de manera dramática y otra persona de una manera serena y tranquila. Esto no tiene que ver con que una persona es menos reactiva y otra mas reactiva, no son cualidades libradas al azar, tampoco uno viene configurado de esa manera, todos podemos desarrollar un modo de relacionarnos con nosotros y con el mundo que sea mas armonioso y objetivo. De esta manera el desarrollo del altruismo se vuelve mas poderoso, porque al dejar de ver todo en relación a nosotros mismos y al percibirnos como parte de un colectivo y no como individuos aislados, hace que nuestro interés por el bienestar común sea genuino. Cuanto mas ajustamos nuestro modo de ver la realidad, podemos tener un mejor impacto en nuestro entorno, las personas siempre se benefician de tener seres que transmitan calma y sean bondadosos en los tiempos mas oscuros. Si ayudamos a otros seres, estos se benefician y también se ven motivados a ayudar a los demás, la interdependencia es vital para la supervivencia de cualquier especie. El cuidado de los sentidos, tiene que ver con la restricción de los estímulos sensoriales que recibimos de afuera. Estar bien descansados, saludables y tener en claro nuestras metas y objetivos, depende en gran medida de cuan saturado estamos, o cuan enfocado estamos en lo que queremos. Por lo tanto, mantener el cuerpo y la mente en condiciones requiere de nuestra atención para detectar que debemos evitar y que debemos reforzar y cuidar. Ante las crisis globales y las problemáticas que abundan al rededor, ser selectivos con lo que vemos, escuchamos y decimos es sumamente importante, saturarnos de información no nos vuelve mas inteligentes ni mas preparados para enfrentar situaciones difíciles. Priorizar la tranquilidad y la calma implica dejar de correr hacia asuntos en los que no podemos intervenir o hacer algo al respecto, por lo tanto, aportar a nuestro entorno con pequeñas acciones es mucho mas útil que sentarse a ver lo que ocurre en todas partes. Estar bien informado es importante para saber que hacer y como actuar en situaciones específicas pero la sobre-estimulación nos estresa, nos colapsa y conduce al desequilibrio físico y mental. Como podemos ver, hay mucho que cuidar y fortalecer como para dejar nuestro futuro a manos de lo que ocurra afuera, trabajar a diario sobre nosotros mismos, es el mejor modo de contribuir en nuestro entorno.

Nahuel Antu

Creador y coordinador de www.armoniosamente.es

Integrante de la Red de Psicopedagogía y Educación Holística